Reglas

Desde pequeño, tenía la idea de que algún dia, lograría tener una empresa, donde pudieran trabajar todos mis amigos, y que así pudieran dejar sus trabajos de mierda, y fueran admirados por los otros habitantes de mi pueblo.

Los años, me han dado razones más que suficientes como para saber que eso, en este mundo no es posible, y que en el caso de que yo fundara una empresa, al final el sucio dinero acabaría con aquella amistad que nos unía.

No tengo muchas cosas, y realmente trabajo poco para poder surfear más, me he privado de cosas, que no son suficientes, y eso me ha costado algún que otro quebradero de cabeza.

No me creo amo de la verdad absoluta, y por supuesto no intento que la gente adopte mi modo de vida, ni siquiera que lo entienda. pero el caso, es que me siento afortunado de vivir lo que vivo, de ser como soy, y de poder realizar mi sueño día a día. y eso, ahora por ahora, y vivido lo vivido, es una suerte.

Extraido de la revista Erosión.

Desde siempre me he preguntado el por qué de las reglas, o más bien de algunas ellas.
Está claro que desde arriba parece que nos vienen dadas algunas reglas que hay que seguir para ser un ciudadano medio -que en resumidas cuentas- es un ciudadano que sigue un camino que no hace sino enriquecer a algunos, y dotar a nuestras vidas de todo tipo de cosas que no necesitamos. Sin mencionar, que un ciudadano medio es un ciudadano que no da problemas, porque no se cuestiona el sistema, simplemente traga con lo que le viene impuesto y ya está.
Si fuese por los de arriba nosotros (los skaters) estaríamos jugando al fútbol, llegada una edad lo habríamos cambiado por visitas esporádicas al gimnasio, o alguna que otra liga entre empleados de la empresa en la que trabajamos, pero no es el caso, o sea, que ya hemos roto algunas reglas. Pero esto es algo que ya tenemos bien aprendido los que hemos cumplido algunos años.
¿No eres demasiado mayor para eso del patinete? Este es un pensamiento que tienen todas las personas que no conciben que una persona decida hacer algo diferente de lo que está establecido. Con todo esto no quiero dar a entender que todos aquellos que hemos decidido vivir de manera diferente seamos superiores, ni mucho menos. Si alguien quiere dejar de hacer todo lo que le gusta, casarse, hipotecarse hasta las cejas, y tener que tragar lo que sea en su trabajo por miedo a ser despedido, y no poder hacer frente a todos los pagos producto de su estilo de vida, es muy libre, cada cual hace lo que quiere, o lo que puede, pero por lo menos a mí, el patín me ha enseñado que hay otra manera diferente de ver las cosas, y por el momento la cosa no va mal. Y lo que es más importante, me ha enseñado que querer es poder, y que nadie es quien para cuestionar la vida de los demás. Vamos que a mí no se me ocurre ir donde un segurata (por ejemplo) y decirle sin ton ni son, lo que pienso de su estilo de vida, o de lo que está haciendo (aunque no lo comparta).
Lo contradictorio de todo es que si eres un poco observador, te das cuenta de que muchos de los ejemplos de gente que consigue hacer realidad su sueño es gente que en su momento decidió romper las reglas, seguir un camino diferente y triunfar dentro de un sistema rompiendo las propias reglas de ese sistema.
Y como prueba no hay más que mirar un poco dentro de nuestra escena. Hace años éramos unos vándalos de pantalones cagados, pero nosotros continuamos nuestro camino y ahora, parece que hay muchas personas que desde arriba ponen sus ojos en nosotros y no es extraño ver skaters ocupando puestos en grandes empresas que ahora buscan esa supuesta visión que te proporciona el haber callejeado durante toda tu juventud.
Todo esto ha crecido tanto que los medios de comunicación han dado por valido nuestro estilo, razón por la cual muchas personas han comenzado a acercarse a nuestra escena, pero se han quedado ahí, en lo superficial, de patinar ni hablar. En una temporada los medios de comunicación pondrán de moda otra cosa y todas estas personas cambiaran su estilo, porque así lo dictan desde arriba, y lo bueno de esto es que lo harán pensando que son ellos los que realmente lo han decidido así, pero nada más lejos de la realidad.

¿Con todo esto a donde quiero llegar? Pues simplemente a animar a todos las personas a que hagan lo que les de la gana, que no dejen que nunca nadie les diga lo que deben o tienen que hacer, porque maneras de vivir a miles, y hay mucho capullo por ahí suelto que lo que pretenden es que la vida de los que le rodean sea tan triste como la suya.

En definitiva, que tengan personalidad, que busquen su camino, sea cual sea, y lo defiendan a capa y espada, que está mal que yo lo diga pero es lo que hacemos nosotros.